P.e.Q.u.Ñ.o.-.G.r.A.n.-.D.!.|.e.M.a

Es un domingo normal, en casa frente al pc, no tengo nada de que preocuparte, todo va bien, excelente diría yo, tan bien que a veces suena casi tenebroso – pero más por el miedo a que algo falle – aunque de todas formas, sé que todo depende de mi.

Muchas veces me pasa que no entiendo las reacciones de las personas, y me llegaba a sentir incomoda por ello, pero qué pasa cuando esas reacciones se apoderan de tu mente y cuerpo y a ti te hacen actuar de una manera poco normal, de una forma que no va con tu personalidad. Uff, eso si es complicado, no saber qué te pasa y por qué tienes reacciones tan tontas ante cualquier situación.

Creo que desde comienzo de año he pedido más disculpas que lo normal en un año entero (gracias al Flaco que no me dio el orgullo de mierda que a algunas personas tienen), no se si son las pastillas o es que me estoy transformando en una persona poco tolerante y apática que sólo busca soledad y llevarse mal con todo el mundo.

En realidad no creo que sea eso, en realidad no le adjudico a nadie la culpa por mi comportamiento, y como diría un gran pensador “Sólo sé que nada sé”. No sé por qué estoy siendo tan poco consecuente con la descripción de mi persona, no sé qué es lo que me tiene así, y ya es algo que comienza a incomodarme.

Cuando estoy flotando de espaldas sobre el agua pienso, sólo pienso en mis estúpidas reacciones y me da miedo mutar a ese tipo de persona que no hace nada más que discutir con el mundo y gritar a los 4 vientos que odia todo lo que tiene a su alrededor porque nada le ha servido.

Ah! Que miedo, por eso quiero dejar en claro que no es común verme así, hasta yo me desconozco, y creo que a más de una persona se lo he dicho, no sé si lo habrán tomado de buena manera o sólo ven en mis disculpas una mera forma de salir rápidamente del paso para no caerle mal a nadie.

A veces me siento como una desagradable vieja odiosa de 60 años que sólo quiere descansar, y aún no sé lo que provoca eso. Lo único que puedo prometer, y más que nada prometerme, es que voy a controlar mis actitudes – si antes contaba hasta 1 millón, prendía un incienso y respiraba profundo…- hoy voy a respirar tres veces, prender velas aromáticas y terapéuticas, contar hasta mil millones y morderme la lengua.

Espero que funque y si no… ustedes tendrán que lamentar el haberme conocido.

Se despide atentamente y pidiendo disculpas… La desconocida Ron-.