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Mujer de Magia Negra - Carlos Santana


Boca seca en la mañana, “Romina, ya es tarde,levantate a almorzar!!!”, uff, ya sé que viene, me van a retar, me mandarán a lavar la loza o a ventilar mi pieza para que se valla el olor a carrete.

Me siento, agarro mi plato y miro la comida – almuerzo de domingo -. Por arte de magia había desaparecido, ¿tanta hambre tenía?, al parecer si, después de la alocada noche, uff, pasó de todo, pero lo mejor fue “El Duelo”.

Me paré de la mesa, lavé los platos, ordené mi pieza y me retaron. Todo en menos de una hora, pero ¿de qué sirven las palabras si lo volveré a hacer?, ¿para qué tanto show, si las cosas ya están hechas?, ¿las cebras son negras con rayas blancas o blancas con rayas negras? En fin preguntas que no tienen respuesta.

Una vez en mi pieza, cuando el olor no salía por ningún lado, traté de recordar algo de la noche anterior, tuvo su grado de dificultad pero lo hice. Las risas se escapaban solas, no fue necesario un tumulto de gente para encontrar los momentos Kodak, no fueron necesarias las luces, ni la pista de baile para hacer el ridículo, sólo necesitábamos un par de metros cuadrados y gente ebria...

Para los tragos amargos no hay nada mejor que pasarlos con un rico RON – a mi parecer -. Definitivamente a todos nos endulzó la noche. Entre tragos y cigarros apareció “místicamente”, cómo diría alguien por ahí, El Duelo.

En ese momento se armaron las agrupaciones. Ellos: “Los guarenes”, nosotros: “Lagartos’s club” (sin enojarse ya!). Comenzó la pelea, partimos nosotros, llevábamos una leve ventaja sobre el oponente. ¡Noooo!, nos alcanzaron.

La primera en hacer el ridículo imaginen ustedes quien fue... Estaba complicada la palabra, es más, no acertaron. Ya el equipo rival estaba avanzando, pero poco a poco les ganaríamos. Sin trampas, juego limpio.

El oponente estaba muriendo, el alcohol se apoderaba de sus cuerpos, se estaban quedando atrás. Nosotros revivíamos con gloria y majestad, ¡¡¡siiii!!!, lo asumo, hicimos un poco de trampa, pero ínfimas, nada terrible como inventar títulos de libros o películas que nunca existieron. En fin, fueron los mejores momentos en esta lucha campal entre los "futuros periodistas" y los "vendedores de pasas".

Luego de horas de batalla,El Duelo estaba llegando a su fin, el hambre se apoderaba de mí y la hora no era muy decente como para llegar a casa. Después de un apetitoso tentempié, tomé el colectivo a mi casa. Hacía tiempo que no veía el sol salir detrás de las montañas. Fue ahí cuando reaccioné y dije “Me van a retar, pero lo tomado, lo reído, lo hueviado y lo ridiculizado NO ME LO QUITA NADIE”
Besos
Ron-.